La preocupación creada en torno a dos desarrollos urbanísticos que afectan al campo de concentración de Pequeña Velocidad, ha llevado a la asociación Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan a pasar de las palabras a los hechos. Se ha solicitado la declaración de Lugar de Memoria Democrática a la Secretaría de Memoria Democrática del Gobierno de España.
Por el respeto a la dignidad de los miles de presos que pasaron por ella, se ha pedido mantener el campo en el mismo estado. También, la conversión del campo de concentración y del Edificio de Aduanas en el Centro Memorial de las Víctimas del Franquismo.
¿Qué es Pequeña Velocidad?
Pequeña Velocidad es la única de los cinco campos de concentración de Irun que se mantiene en pie. Entre 1936 y 1942, miles de personas entraron en el nuevo régimen desde el puente Avenida. Los señalados como “rojos” se integraban, acumulaban y se dispersaban mediante el sistema de campos de concentración de Irun.
El edificio está definido por tres características: cercanía hacia la frontera, capacidad de concentración masiva y la integración de las vías de tren. De los cinco campos de Irun Pequeña Velocidad fue el más importante. Inspección de Campos de Concentración clasificaba a los presos que pasaban por el campo y lo enviaba a campos de concentración como La Magdalena, Cardeña y Miranda de Ebro.
Al menos 4.000 presos pasaron por el campo de concentración. Asimismo, la cifra global puede ser 24 veces mayor.
¿Dónde está Pequeña Velocidad?
El campo de concentración de Irun está detrás del Edificio Aduana. Se distingue por su tejado de uralita.
La zona forma parte de los 33.888 m2 desafectados por ADIF y está prevista su futura cesión al Ayuntamiento de Irun, dentro del desarrollo urbanístico denominado Vía Irún.
Las coordenadas del pabellón denominado Pequeña Velocidad son 43º20´20.8″N – 1º47´56.9″W. Según la referencia catastral de la Diputación Foral de Gipuzkoa, 244,51 m2 de la nave corresponden al edificio no 16 de la calle Aduana (Ref. Catastral 9799399). Esta forma parte de la finca 5160852X y cuenta con 9.026m2. Los 767,75 m2 restantes del pabellón están pendientes de ser registrados en el catastro.
Contexto histórico
El recorrido de todo preso detenido y retenido a la fuerza en Pequeña Velocidad comenzaba en el puente fronterizo Avenida. Si la persona que cruzaba el puente cumpliera algún criterio contrario al nuevo régimen, solía ser castigado con sanciones de “máxima pena”, “rechazo” o “sujeto a sanción mediante expediente”. El castigo también solia ser el internamiento en el sistema de campos de concentración de Irun. Los detenidos se acumulaban en el campo de futbol Stadium Gal, en la sala de baile Carioca de Behobia o en la cárcel de Irun. Sin embargo, los principales campos de concentración de Irun eran Pequeña Velocidad, para hombres, e Hilaturas Ferroviarias, para mujeres, niños y ancianos.
Pequeña Velocidad ha sido el punto de partida represivo de miles de detenidos. La estancia por lo general era corta y los prisioneros esperaban en el lugar hasta recibir informes de alcaldes afines al régimen y sublebados del lugar de origen del detenido. A través de estos trámites se determinaba el destino del detenido. Mediante el Ferrocarril del Norte, los presos eran enviados a distintos campos de concentración como La Magdalena (Santander), San Pedro de Cardeña (Burgos) o Miranda de Ebro (Burgos). Irun y Pequeña Velocidad también fueron el punto de partida de muchos de los miembros de los Batallones de Trabajadores que realizaron trabajos forzados en régimen de esclavitud.
Funcionamiento
El nombre del campo lo da a conocer el escritor Jose Mari Etxaburu “Kamiñazpi” en su libro Nere lau urteko ibilerak. El escritor fue recluido en el campo de concentración de San Pedro de Cardeña. Aunque para él también Irun y Pequeña Velocidad fueron el punto de partida de la represión. «Después de cenar, nos llevó a los tres primos al almacén de la “Pequeña Velocidad” de la misma estación […] ¡Claro! No había sitio donde tumbarse, y unas veces pasamos la noche de alguna manera de pie y otras apoyados en algún bulto. Hacia el mediodía tuvimos una segunda llamada. La de entonces era para salir fuera. Diez o doce personas a cargo de dos boinas torcidas. Nos metierón en el tren del norte para llevarnos a Cardeña».
Con la detención de Etxaburu es fácil entender el funcionamiento del campo de concentración de Pequeña Velocidad. Exhibió su documentación en la aduana del puente Avenida; excepcionalmente, y por influencia del fascista Ramón Sierra, consiguió cenar con sus familiares; le retuvieron en el almacén con mucha gente y tras una breve estancia, le enviaron a Cardeña.
1939: un año significativo en Pequeña Velocidad
Una gran mayoria de campos de concentración del Estado español duraron hasta el año1939. Pequeña Velocidad, en cambio, tuvo una duración mayor, hasta 1942. El porqué de esto se basa en la cantidad de personas que pasaron por el centro de retención. Es difícil determinar el número de personas que entraron por Irun tras la retirada de Cataluña. La ciudad fronteriza se convirtió en la única entrada del oeste de los Pirineos.
El Estado francés endureció la actitud hacia los refugiados republicanos y promovió su entrega a España por ferrocarril. La historiadora Maëlle Maugendre analiza la estancia de refugiados españoles en Francia entre 1939 y 1942. En el anexo 45 de su tesis doctoral se informa de las repatriaciones. En el, detalla que un total de 98.000 personas cruzaron la frontera, entre mayo de 1938 y febrero de 1939.
Es difícil determinar cuántas personas han pasado por el campo de concentración de Pequeña Velocidad. En la tesis doctoral de la historiadora Ascensión Badiola Ariztimuño “La represión franquista en el País Vasco, Cárceles, campos de concentración y batallones de trabajadores en el inicio de la posguerra”, se detalla que a partir del 21 de septiembre de 1939 se prohibió el acceso con documentación republicana. Para entrar, era de obligado cumplimiento el pasaporte español debidamente avalado. Sin el documento, los refugiados acudían a la frontera, donde les consideraban milicianos. De este modo, los que estaban en edad militar eran enviados al frente y el resto de los refugiados a consejos de guerra, cárceles o batallones disciplinarios.
El teniente de la Guardia Civil, Juan Antonio Gallego, era el jefe del campo de concentración de Irun; y su comandante delegado era Ignacio Sainz de San Pedro y Guasch. Ambos mantuvieron el cargo hasta el cierre del campo en diciembre de 1942.
La primera inspección registrada se realizó en agosto de 1939 con 224 detenidos. Entraron 986 detenidos más a lo largo del mes. Hasta agosto de 1940, no se registró ningún nombre por la falta de oficinas y administrativos. Ejemplo de ello es la falta de información del campo en los archivos españoles. En los únicos 26 registros, se determina que hubo 3.971 detenidos. Los nombres 1.908 están recogidos y 583 son personas extranjeras.
Tomas Valentin, prisionero de Pequeña Velocidad
El abuelo del historiador e investigador Manu Valentín fue una de las miles de personas que paso por el campo Pequeña Velocidad. En un hilo difundido a través de Twitter, ha contado los entresijos de Tomás Valentín. En el se pueden consultar las cartas enviadas a los familiares y la ficha de clasificación del Campo de Concentración de Irun.
En febrero de 1939, Tomás Valentín tenía 20 años y se refugió en el Estado francés. Formó parte de “Retirada”, y realizó una estancia de seis meses en el campo de concentración de Gurs con varios brigadistas internacionales.
A pesar de tener la oportunidad de huir a México, se acercó a la frontera en respuesta a la convocatoria del régimen franquista. A finales de julio fue detenido mientras atravesaba el Bidasoa y fue trasladado al campo de concentración de Irun. Allí recibió la denominación de “presentado en la frontera”, junto a los demás soldados republicanos.
En agosto escribió por primera vez a su padre desde el campo de concentración. En la carta se especifica que se encontraba en las oficinas del recinto con carácter provisional. También, que gozaba de relativa libertad. “Puedo salir del campo, pero no circular por la población”, mencionaba. Sin embargo, no sabía cuánto tiempo pasaría el recinto, ni tampoco su destino. “No sé el tiempo que estaré aquí. Si cuando termine me enviarán a un campo o a casa”. La carta no obtuvo respuesta. En consecuencia, ocho días después escribió a su madre y a sus hermanas.
Para salir del campo y volver a casa, Tomás Valentín necesitaba avales o informes favorables. Su madre y hermanas enviaron dos avales desde casa. Sin embargo, se perdieron. Finalmente, utilizo el aval del Guardia Civil José Guillén Ibarra, enviado por su padre, y especificó que desde el campo de concentración pedirían los informes pertinentes.
En las cartas, Valentín dice que estaba “perfectamente”, con la posibilidad de salir del campo y recorrer Irun. En cambio, echaba de menos a la familia. “Echo de menos abrazaros y espero que eso llegue pronto”.
En febrero de 1939, cuando Tomás Valentín pasó al Estado francés, su padre Víctor José Valentín Poyo vivía la situación con preocupación. Era cabo de la Guardia Civil del Ministerio de Hacienda. Pero por la aplicación de la ley de responsabilidades políticas, fue enviado a los montes asturianos.
En Sariego luchó contra la guerrilla antifranquista por orden de los Guardias Civiles sublevados. Estaba a las órdenes de José Guillén Ibarra, firmante del aval de Víctor. Según la revista La Benemérita, detuvo a varios resistentes, como Óscar García, teniente ayudante del Batallón Disciplinario Rojo y dirigente jefe de la Cooperativa Sama.
El 14 de agosto, tras escribir a su padre, recibió el permiso provisional para regresar a Madrid. En su última carta, Víctor aseguró a José Valentín que había sido suficiente con el aval enviado desde Asturias. También que su tío Pío fue a visitarle y que “salió” a cenar con él.
Afecciones urbanísticas de la zona
A día de hoy el campo de concentración de Pequeña Velocidad está en peligro. El proyecto denominado Vía Irun y la construcción de la pasarela urbana que unirá la calle Sebastián Errazu con la nueva Estación de Tren de Viajeros afectan de lleno al que fue el campo de concentración de Irun entre 1936 y 1942.
La memoria del proyecto de construcción de la nueva Estación de Tren de Viajeros de Irun no hace mención de la pasarela que afectará al pabellón Pequeña Velocidad, ya que corresponde a otro proyecto que se abordará de forma separada. Sin embargo, la página 181 de esta memoria detalla, «el contratista de las obras ha de programar un estudio histórico arquitectónico de las instalaciones ferroviarias que se van a demoler». A continuación, en una lista se ha incluido «Naves ferroviarias y edificaciones necesarias para la construcción de la pasarela situadas en la zona de los terrenos desafectados (almacen central, taller y asociación Peña-Bidasoa».
El proyecto de construcción lo menciona con claridad. Dentro de los edificios a demoler se encuentran los pabellones y construcciones del entorno desafectado por ADIF. Entre ellos se encuentra el almacén central, un espacio definido por la Dirección de Patrimonio Vasco con el número 77, y que incluye el campo de concentración de Pequeña Velocidad.
Para llevar a cabo la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana en el entorno Estación, el departamento de Urbanización y Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Irun se ha basado en las recomendaciones del Centro de Patrimonio Cultural. Esta entidad ha ignorado la existencia del campo de concentración de Pequeña Velocidad. Esto mismo es lo que se puede asegurar tras consultar las conclusiones que le hace llegar el 13 de marzo de 2019, en respuesta al Ayuntamiento de Irun:
«Se considera admisible la propuesta de la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana en el ambito 0.2.01 Entorno estación, si bien deben tenersene cuenta las determinaciones y recomendaciones del presente informe, destacando la conveniencia de integrar por parte del documento urbanistico los siguientes edificios:
- Almacen Central – nº77: Mantener todo el volumen longitudinal que da frente a las vías, no considerando necesario la conservación del anexo ubicado justo inmediatamente detrás del módulo central de la Nave de la aduana -nº123.»
El 15 de enero de 2020, el Pleno de Irun aprobó los criterios y objetivos para la ejecución de la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana en el entorno Estación. El punto 9 del mismo, relativo al patrimonio y preexistencias, aprobó un punto correspondiente al campo Pequeña Velocidad:
- «PAT.04: Mantener y rehabilitar las naves pabellones y almacenes cuyo mantenimiento sea técnicamente viable y que resulten de una ordenación coherente, buscando la representatividad de la memoria histórica del ámbito, con especial consideración al pabellón de pequeña velocidad. Se podrá plantear la conservación parcial o el traslado de elementos puntuales».
No se recoge que el campo de concentración vaya a mantenerse, pero una vez definidos los criterios y objetivos correspondientes al patrimonio y preexistencias, el departamento de urbanismo y desarrollo sostenible del Ayuntamiento de Irun solicito un Estudio Histórico-Arquitectónico sobre los edificios y pabellones de la antigua Aduana de Irun, para adjuntar en el documento de Modificación del Plan General de Ordenación Urbana. Este incluye documentos y referencias bibliográficas del entorno, descripción y análisis pormenorizado de los bienes, valoración patrimonial del conjunto y valoración del estado de las construcciones en el momento del estudio. Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan aportó un informe (ANEXO K) para que el campo de concentración de Pequeña Velocidad fuera reconocido, protegido y convertido en patrimonio de la memoria democrática de la ciudad.
Sin embargo, el “Informe Técnico Derribo Naves”, firmado el 5 de julio de 2022, no hace ninguna referencia al campo de concentración de Pequeña Velocidad y argumenta una posición favorable al derribo:
- «En relación con las recomendaciones del informe del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, no es posible mantener todo el volumen longitudinal del almacen no 77 ya que interfiere con el eje central de conexión de la futura estación con el entorno residencial de Pio XII, conexión estratégica e imprescindible para el acceso de la ciudad a la nueva infraestructura ferroviaria».
Conclusiones sobre el desarrollo urbanístico de la zona
El pabellón Pequeña Velocidad está en peligro. Los desarrollos urbanísticos previstos para la zona no han contemplado la función de campo de concentración que tubo Pequeña Velocidad durante 1936 y 1942. El Centro de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco no tiene constancia de ello. Esto es lo que se puede deducir a partir del informe técnico del 4 de junio de 2018 remitido al Ayuntamiento de Irun.
Más tarde, en octubre de 2018, la asociación Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan presento en primicia ante los medios de comunicación comarcales y la sociedad local, el carácter represivo de la nave Pequeña Velocidad. No está claro si el consejo asesor del planteamiento urbano del PGOU tiene conocimiento de la zona. El catálogo de patrimonio arquitectónico de la ciudad, sin actualizar desde 2015, no incluye el antiguo campo de concentración.
En los desarrollos urbanísticos denominados Pasarela Urbana y Vía Irun únicamente se han tenido en cuenta las recomendaciones del Centro de Patrimonio Cultural. Sin embargo, el proyecto Vía Irun contiene un Estudio Histórico-Arquitectónico sobre los edificios y pabellones de la antigua Aduana de Irun, en el que se ofrecen detalles sobre Pequeña Velocidad. Esta documentación forma parte del documento completo de Modificación del Plan General de Ordenación Urbana de la zona Estación.
Para Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan ha supuesto un jarro de agua fria el olvido de las informaciones relativas al campo de concentración de Irun, con todas las consecuencias que ello pueda acarrear en la elaboración, conocimiento y respeto de la memoria histórica de la ciudad.
Por todo ello, la Asociación Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan propone y solicita la declaración de lugar de Memoria Democrática para el campo de concentración Pequeña Velocidad y con ello la compatibilidad de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática con los desarrollos urbanísticos que se pretendan llevar a cabo en la zona.
Conclusiones históricas
Por desgracia, el desarrollo urbanístico de la zona ha ensombrecido esta solicitud de declaración de lugar de la Memoria Democrática. Sin embargo, hay que destacar que Pequeña Velocidad no fue un campo de concentración cualquiera. En 1939, mientras muchos campos de España cerraban, el campo de Irun viviá su año de mayor actividad. Las estancias de las personas que pasaban por ella no destacaban por su duración. Los prisioneros realizaban mayores estancias en los campos de concentración de la Magdalena, San Pedro de Cardeña o Miranda de Ebro, prevío paso por Pequeña Velocidad. De este hecho se deduce que el recinto de Pequeña Velocidad tenía una función de selección, pero también el de ser el inicio represivo de las personas que entraban en la España sublevada.
Es complicado especificar cuántas personas pasaron por Pequeña Velocidad dadas las pésimas condiciones que presentaba la zona. Partiendo de los unicos 26 meses recogidos, se puede confirmar la presencia de 3.971 detenidos. Este dato aumenta de un modo significativo en la tesis doctoral de Maëlle Maugendre. La historiadora ha certificado el paso de 98.000 personas por la frontera, entre mayo de 1938 y febrero de 1939. Este dato unicamente corresponde a uno solo de los seis años de actividad del campo de concentración. Por ello el dato se podría multiplicar hasta seis veces. En cambio, determinar el número de personas que han pasado por Pequeña Velocidad no es una prioridad. La represión sufrida por una única persona en esta zona es suficiente para que el campo de concentración de Irun sea declarado lugar de Memoria Democrática.
El artículo 1 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, define la condición de víctima:
- «1. A los efectos de esta ley se considera víctima a toda persona, con independencia de su nacionalidad, que haya sufrido, individual o colectivamente, daño físico, moral o psicológico, daños patrimoniales, o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan violaciones de las normas internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario durante el periodo que abarca el golpe de Estado de 18 de julio de 1936, la posterior Guerra y la Dictadura, incluyendo el transcurrido hasta la entrada en vigor de la Constitución española de 1978, y en particular a:»
Desarrollando este articulo, se hace una mención especial a diversos colectivos. Las personas obligadas a pasar por el campo de concentración de Pequeña Velocidad sufrieron, al menos, los hechos descritos en el los puntos b) y c):
- «b) Las personas que sufrieron privaciones de libertad o detenciones arbitrarias, torturas o malos tratos como consecuencia de la Guerra, la lucha sindical y actividades de oposición a la Dictadura.
- c) Las personas que padecieron deportación, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración, colonias penitenciarias militarizadas, dentro o fuera de España, y padecieron torturas, malos tratos o incluso fallecieron como consecuencia de la Guerra y la Dictadura, especialmente los españoles y españolas deportados en los campos de concentración nazis.»
Todas estas víctimas merecen verdad, reconocimiento, justicia y reparación. Nadie tenía derecho a retenerlos en contra de su voluntad en el campo de concentración de Pequeña Velocidad. Por ello, sería deferente mantener el campo de concentración, perpetuando un gesto hacia el recuerdo de las personas que han pasado por él. Si el pabellón se convirtiera en lugar de Memoria Democrática, el entorno recogería las funciones del artículo 53 de la Ley de Memoria Democrática: memoria, homenaje, didáctica y reparación. Al mismo tiempo, se establecerán medios de difusión e interpretación sobre la represión del lugar por cada una de las funciónes.
Irun contó, al menos, con otros cuatro campos de concentración: Behobia, Stadium Gal, Hilaturas Ferroviarias y la Cárcel de Irun. Pequeña Velocidad es la única que sigue en pie. Solo en este punto puede representarse la existencia de un campo de concentración entre 1936 y 1942. Solo en este punto se puede imaginar cómo era adentrarse en la España dictatorial sublevada, entre 1936 y 1942. Comparando fotografías actuales de la zona con las fotografías de propaganda de 1938, el espacio ha sufrido pocos cambios. Por lo tanto, es el lugar ideal para establecer un espacio de interpretación memorialista. El lugar podría hablar de la sublevación, los combates de Irun de 1936, las actuaciones de espionaje que la Comandancia Militar de Irun llevaba a cabo en la retaguardia del frente, la actuación común de la Comandancia Militar de Irun, el III. Reich y la Italia Fascista, el contrabando de Wolfram, la influencia de la Segunda Guerra Mundial o las torturas de la Comisaría de Policía situada junto al campo de concentración. Si hay voluntad, Pequeña Velocidad y los edificios adyacentes podrían convertirse en un Centro Memorial de Víctimas del Franquismo. De este modo, el Centro Pequeña Velocidad podría recibir actividades, mantener una exposición fija, realizar publicaciones y un conservar un archivo. Este espacio tendría una gran potencialidad para desarrollar todas las acciones que propone la nueva Ley de Memoria Democrática.
Por todo ello, la asociación Kepa Ordoki – Memoria Historikoa Bidasoan propone y solicita la declaración de lugar de Memoria Democrática para el campo de concentración Pequeña Velocidad, para su conversión en un espacio de memoria, homenaje y reparación. También, un espacio estratégico para trabajar la Memoria Democrática.
Contacto
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